Al final, según dicen, son los pequeños detalles los que más ruido hacen en el corazón… y esta villa en Altea está llena de ellos. Una propiedad de lujo que no solo impresiona por sus calidades, sino por la sensibilidad y el mimo en cada rincón.
Con una arquitectura contemporánea, esta vivienda destaca por su luminosidad, el diseño fluido de sus espacios y sus generosas dimensiones. Cuenta con cuatro dormitorios, cuatro baños, un aseo de cortesía, una cocina abierta totalmente equipada, salón, comedor y una gran terraza con barbacoa y piscina privada, ideal para disfrutar del estilo de vida mediterráneo sin salir de casa.
Además, dispone de ascensor que facilita el acceso entre plantas, un garaje cerrado y se entrega totalmente amueblada con un estilo fresco, natural y acogedor. Armarios vestidos, electrodomésticos, mobiliario… todo listo para entrar a vivir y empezar a disfrutar.
Imagina comenzar el día con una meditación frente a las montañas, respirando aire puro, o compartir veladas interminables con los tuyos mientras el cielo se tiñe de naranja sobre el mar. Esta villa está hecha para vivir despacio, con calma y placer.
Vivir en Altea es saborear cada instante. Este municipio alicantino, con sus calles empedradas, casas blancas y playas de piedra, conserva intacto el carácter mediterráneo. Su gente, abierta y entrañable, te hace sentir parte del lugar desde el primer día. Y su inconfundible iglesia de cúpula azul se alza como faro de un pueblo lleno de arte, cultura, gastronomía y vida.
Si buscas un hogar entre el cielo y el mar, este puede ser tu oasis privado. Una villa donde la naturaleza, el diseño y los pequeños placeres se encuentran para crear algo verdaderamente especial.